Bienvenidos los curiosos y curiosas y todos aquellos que el destino de una u otra manera, los traiga aquí, los invito a recorrer este blog y hacer sus comentarios libremente.....

miércoles, 30 de marzo de 2011

A Veces

A veces comenzamos a tener miedo a la vida, 
sin antes habernos trazado metas. 
Criticamos la vida de los demás, 
sin haber criticado la nuestra. 
Envidiamos los logros de los demás, 
en vez de aprender de ellos. 
Le pedimos ayuda a alguien, 
a pesar de que no sabemos agradecer. 
Creemos ser el mejor amigo, 
sin saber realmente lo que es la amistad. 
Creemos ayudar a los demás
a pesar de que somos egoístas con nosotros mismos. 
Queremos tener mas poder, 
sin conocer el poder del Amor. 
Creemos haber triunfado 
sin saber lo que es haber perdido. 
Nos decepcionamos de las personas, 
sin antes haberlas conocido bien. 
Creemos saber todo, 
sin saber nada. 
Cada uno de nosotros es un novato, 
de todo lo que comenzamos a descubrir. 
La vida es una caja de sorpresas, 
lo mismo sucede con las personas …… 
Creemos conocer a una persona, 
por lo que hace, lo que parece, lo que quiere. 
Pero en realidad lo que debe interesarnos 
para conocer a esa persona es… 
aquello que no vemos.

sábado, 19 de marzo de 2011

Nieves García - Lo mejor comienza a los cuarenta



Cuando llegas a los 40, la gente ya no te considera hipocondríaco, porque ahora sí estás enfermo; tus articulaciones pronostican el tiempo mejor que los meteorólogos, tu seguro de gastos médicos empieza a resultar rentable, estar solo empieza a ser una bendición y no un trauma… Pero hay algo más: a lo cuarenta comprendemos que ser felices es algo que depende de nosotros y no del ambiente.

¿Qué nos hace realmente felices a los seres humanos? Pocas cosas: ser amados y poder amar a otros, ser idénticos con nosotros mismos y tener ideales que alcanzar en la vida. Pocas cosas pero muy cotizadas en nuestra sociedad, quizás por su ausencia. La ventaja es que están a la mano de todos, y no dependen de la suerte que se tiene, dependen de nosotros mismos.
A los 40, (quien llega, porque ya muchos se han quedado en el camino) se han aprendido bastantes cosas, que si se ponen en práctica nos facilitan el llegar a ser muy, pero que muy felices.

Algunas de las lecciones que nos dan los 40 pudieran ser:
Se ha aprendido que el amor no es lo mismo que el sexo, y que es más plenificante una relación de profunda amistad con alguien del otro sexo, donde se comparten gustos, ideales, proyectos de vida, que cuando el centro de la relación estaba en la relación física. Ahora ya se sabe, quizás después de algunos fracasos, que el amor es donación y que el amor duele. El tiempo de los amores de color de rosa, ya pasó y se valora más la ayuda desinteresada que damos o recibimos, que el ramo de flores, (aunque este también se agradece, y más si te lo regalan a los 40)

Se sabe que el desgaste de los años pasan factura al cuerpo y que uno no es omnipotente. Ya no se puede todo lo que uno quiere hacer, y ello nos enseña a ser más humildes, y no infravalorar a los otros, porque no tienen la energía que nosotros tenemos.
Ya no se cree con tanta facilidad los halagos que nos hacen, y la visión que uno tiene de sí mismo es más objetiva, independientemente de lo que digan de nosotros. Nos miramos al espejo con más sinceridad. Nuestra conciencia, si ha “funcionado” bien, ya nos ha enseñado que a ratos somos Dr. Jekins y a ratos Mr Hide. Posiblemente hemos tenido la experiencia de tener que pedir perdón. Y si no lo hemos hecho, es que tenemos serios problemas.
A partir de esta edad, elegimos a los amigos con más realismo y nos importan menos las críticas que hacen a nuestra persona. Ello nos hace más libres, para ser más nosotros mismos y ya no ajustamos nuestra conducta a las expectativas del otro, para recibir su aprobación. A nuestro lado, quedan pocos de los amigos de la juventud, pero son los fieles. Tampoco se necesitan mucho más. Ya sabemos distinguir entre el amigo y el conocido de mucho tiempo.
Además como se ha ido alargando la edad media de vida, si no acontece “un accidente”, posiblemente estemos a la mitad de nuestra historia. ¡Que buen momento para aprender del pasado y retar al futuro! De niños no teníamos claro que era vivir. Ahora ya lo sabemos y podemos decidir mejor cómo hacerlo. Incluso es hora de pensar en estudios, de buscar trabajos o de ayudar a otros aprovechar mejor el tiempo de su vida. Tenemos por delante…la mitad de la existencia, y somos más conscientes.

Posiblemente a los 40, se ve la vida con menos romanticismo, pero si la amargura no ha hecho mella en el corazón, todavía es tiempo de idealismo, y lo más importante, es hora de hacer real estos sueños, porque aún hay vida y se sabe mejor cuál es el camino. A lo 40 los sueños pueden empezar a dejar de serlo.

Si creemos que lo mejor comienza a los 40, posiblemente será verdad. Un autor comentaba: “Estamos vivos y es lo único que necesitamos para empezar.” ¿Por qué no hacerlo hoy?

sábado, 12 de marzo de 2011

La Niña Que Silencio Al Mundo Por 6 Minutos.

Hace 19 años una niña con 12 años de edad, habló durante la Conferencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo y el Medioambiente en Río de Janeiro, Brasil.
Su nombre es Severn Suzuki, y lo que dijo, ademas de ser profundo claro y directo, aún tiene vigencia… lamentablemente.  



"Hola, soy Severn Suzuki y hablo por ECO (Environmental Children\'s Organisation), Organización Infantil del Medio Ambiente.
Somos un grupo de niños de 13 y 14 años de Canadá intentando lograr un cambio: Vanessa Suttie, Morgan Geisler, Michelle Quigg y yo.
Recaudamos nosotros mismos el dinero para venir aquí, a cinco mil millas para deciros a vosotros, adultos, que tenéis que cambiar vuestra forma de actuar.
Al venir aquí hoy, no tengo una agenda secreta. Lucho por mi futuro.
Perder mi futuro no es como perder unas elecciones o unos puntos en el mercado de valores. Estoy aquí para hablar en nombre de todas las generaciones por venir.
Estoy aquí para hablar en defensa de los niños hambrientos del mundo cuyos lloros siguen sin oírse. Estoy aquí para hablar por los incontables animales que mueren en este planeta porque no les queda ningún lugar adonde ir. No podemos soportar no ser oídos.
Tengo miedo de tomar el sol debido a los agujeros en la capa de ozono.
Tengo miedo de respirar el aire porque no sé qué sustancias químicas hay en él.
Solía ir a pescar a Vancouver, mi hogar, con mi padre hasta que hace unos años encontramos un pez lleno de cánceres.
Y ahora oímos que los animales y las plantas se extinguen cada día, desvaneciéndose para siempre.
Durante mi vida, he soñado con ver las grandes manadas de animales salvajes y las junglas y bosques repletas de pájaros y mariposas, pero ahora me pregunto si existirán siquiera para que mis hijos los vean.
¿Tuvieron que preguntarse ustedes estas cosas cuando tenían mi edad?
Todo esto ocurre ante nuestros ojos y seguimos actuando como si tuviéramos todo el tiempo que quisiéramos y todas las soluciones.
Soy solo una niña y no tengo todas las soluciones, pero quiero que se den cuenta: ustedes tampoco las tienen. No saben como arreglar los agujeros en nuestra capa de ozono. No saben como devolver a los salmones a aguas no contaminadas. No saben como resucitar un animal extincto. Y no pueden recuperar los bosques que antes crecían donde ahora hay desiertos. Si no saben como arreglarlo, por favor, dejen de romperlo.
Aquí, deben ser delegados de gobiernos, gente de negocios, organizadores, reporteros o políticos, pero en realidad sois madres y padres, hermanos y hermanas, tías y tíos, y todos vosotros sois el hijo de alguien.
Aún soy solo una niña, y sé que todos somos parte de una familia formada por cinco billones de miembros, de hecho por treinta millones de especies, y todos compartimos el mismo aire, agua y tierra.
Las fronteras y los gobiernos nunca cambiarán eso.
Aún soy solo una niña, y sé que todos estamos juntos en esto y debemos actuar como un único mundo tras un único objetivo.
En mi rabia no estoy ciega, y en mi miedo no estoy asustada de decir al mundo como me siento.
En mi país derrochamos tanto… Compramos y despilfarramos, compramos y despilfarramos, y aún así así los países del Norte no comparten con los necesitados.
Incluso teniendo más que suficiente, tenemos miedo de perder parte de nuestros bienes, tenemos miedo de compartir.
En Canadá vivimos una vida privilegiada, plena de comida, agua y protección.
Tenemos relojes, bicicletas, ordenadores y televisión.
Hace dos días, aquí en Brasil, nos sorprendimos cuando pasamos algún tiempo con unos niños que viven en la calle.
Y uno de esos niños nos dijo: "Desearía ser rico, y si lo fuera, daría a todos los niños de la calle comida, ropas, medicinas, hogares y amor y afecto".
Si un niño de la calle que no tiene nada está deseoso de compartir, ¿por qué somos nosotros, que lo tenemos todo, tan codiciosos?
No puedo dejar de pensar que esos niños tienen mi edad, que el lugar donde naces marca una diferencia tremenda, que podría ser uno de esos niños que viven en las favelas de Río; que podría ser un niño muriéndose de hambre en Somalia; una víctima de la guerra en Oriente Medio o un mendigo en India.
Aún soy solo una niña y se que si todo el dinero gastado en guerras se utilizara para acabar con la pobreza y buscar soluciones medioambientales, qué lugar maravilloso sería la Tierra.
En la escuela, incluso en el jardín de infancia, nos enseñan a comportarnos en el mundo. Ustedes nos enseñan a no pelear con otros, a arreglar las cosas, a respetarnos, a enmendar nuestras acciones, a no herir a otras criaturas, a compartir y no ser codiciosos.
¿Entonces por qué salen fuera y se dedican a hacer las cosas que nos dicen que no hagamos?
No olviden por qué asisten a estas conferencias, lo hacen porque nosotros somos sus hijos.
Están decidiendo el tipo de mundo en el que creceremos. Los padres deberían poder confortar a sus hijos diciendo: "todo va a salir bien", "esto no es el fin del mundo" y "lo estamos haciendo lo mejor que podemos" .Pero no creo que puedan decirnos eso más.
¿Estamos siquiera en su lista de prioridades? Mi padre siempre dice: "Eres lo que haces, no lo que dices". Bueno, lo que ustedes hacen me hace llorar por las noches.
Ustedes, adultos, dicen que nos quieren.
Os desafío: por favor, haced que vuestras acciones reflejen vuestras palabras".

Gracias.
Sesion historica año 1992