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martes, 2 de agosto de 2011

Desaliento – El suicidio del corazón

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¿Cuantas veces, tras caminar y caminar por la vida, en pos de una meta planteada, nos sentamos a la orilla del camino y pensamos que no hemos avanzado nada?… ¿cuantas veces, intentando doblarle la mano al destino, sentimos que las fuerzas nos abandonan y que ya el aliento no da para seguir en la pelea?, ¿cuantas veces tras perder una batalla en la vida, dejamos caer nuestros brazos, quebrantamos nuestro ímpetu y nos frustramos ante lo que consideramos un fracaso?…
Nos sentimos cansados, agotados, sin mas fuerzas para seguir nuestro propósito, nuestros anhelos, nuestra batalla, entonces nos rendimos y a veces hasta lloramos  de impotencia…¡todo a terminado!.
Eso es el desaliento, pero ¿como podemos ganarle?…veamos este relato, que algo nos puede dejar:


“Cierta vez se corrió la voz que el diablo se retiraba de los negocios y vendía sus herramientas al mejor postor.

En la noche de la venta, estaban todas las herramientas dispuestas en forma que llamaran la atención, y por cierto eran un lote siniestro: odio, celos, envidia, malicia, engaño... además de todos los implementos del mal. Pero un tanto apartado del resto, había un instrumento de forma inofensiva, muy gastado, como si hubiese sido usado muchísimas veces y cuyo precio, sin embargo, era el más alto de todos. Alguien le preguntó al diablo cuál era el nombre de la herramienta. "Desaliento" fue la respuesta.

"¿Por qué su precio es tan alto?" le preguntaron. "Porque ese instrumento" -respondió el diablo- "me es más útil que cualquier otro; puedo entrar en la conciencia de un ser humano cuando todos los demás me fallan, y una vez adentro, por medio del desaliento, puedo hacer de esa persona lo que se me antoja. Esta muy gastado porque lo usó casi con todo el mundo, y como muy pocas personas saben que me pertenece, puedo abusar de él..."
El precio de desaliento era tan, pero tan alto que aun sigue siendo propiedad del diablo...”


Ojala, quede en ti la esperanza, que es una de las tantas armas con que se puede combatir y vencer al desaliento…
Baancho.

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