Bienvenidos los curiosos y curiosas y todos aquellos que el destino de una u otra manera, los traiga aquí, los invito a recorrer este blog y hacer sus comentarios libremente.....

viernes, 24 de diciembre de 2010

Gustavo Adolfo Becker - Poema



Yo sé cuál el objetode tus suspiros es.
Yo conozco la causa de tu dulce
secreta languidez.
¿Te ríes...? Algún día
sabrás, niña, por qué:
Tú lo sabes apenas

y yo lo sé.

Yo sé cuando tu sueñas,
y lo que en sueños ves;
como en un libro puedo lo que callas
en tu frente leer.
¿Te ríes...? Algún día
sabrás, niña, por qué:
Tú lo sabes apenas

y yo lo sé.

Yo sé por qué sonríes
y lloras a la vez.
Yo penetro en los senos misteriosos
de tu alma de mujer.
¿Te ríes...? Algún día
sabrás, niña, por qué:
mientras tu sientes mucho y nada sabes,
yo que no siento ya, todo lo sé.

martes, 14 de diciembre de 2010

Se Te Olvida



Se te olvida que fui yo quien te enseñó a amar,
quien hizo que en tu existencia hubieran fechas para recordar,
fotos por guardar y palabras qué decir.
  
Se te olvida el significado de la rosa,
de las velas encendidas sobre la mesa
y de aquél bolero que llora al compás de tu adiós.
  
Se te olvida que sólo miro la luna cuando estamos juntos,
que con tu partida me dejarás sin cielo,
porque las estrellas no se visten de luz sino es para coquetear contigo.
  
Se te olvida que no concilio el sueño sino me acaricias
y me tranquilizas con un beso en la oscuridad…
esta noche me quedaré dormida contando las horas en vela.

Se te olvida que un día te entregué una nota que decía:
“Te regalo mi corazón porque conquistaste mi alma”
hoy me devolviste la nota… se te olvida el resto.

Se te olvida que convertí tus días amargos en los más felices,
que aplacé mis sueños por ayudarte a cumplir los tuyos
y que olvidé mis heridas para curar tu dolor.

Se te olvida todo…
y me pides que te olvide con un beso en los labios
sabiendo que lloraré constante los días sin tu querer…

Porque se te olvida también,
que cuando el amor es así de sufrido,
el olvido… el olvido se hace eterno.

Retratos del alma - Angélica Galván